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- 1 - La gente le decía:  - Tienes una hija, tienes que ser fuerte. - Eres joven, reharás tu vida. - Conocerás a alguien, tendrás una nueva pareja algún día. - No me imagino lo que tienes que estar pasando, pero seguro que con el tiempo, todo mejora .  Esta era de las mejores cosas que le decían. Un día cuando alguien le dijo,  - Tienes que darte tiempo, que seguro que acabas superándolo , él le contestó: Vamos por un momento a imaginar que hubieses pasado por lo mismo que yo. A tu mujer, a la que conociste 21 años antes, con la que llevas viviendo 20 años, con la que tienes una hija que está a punto de cumplir 14 años y miles de planes por hacer, de pronto le empieza a doler la cabeza durante varios días seguidos, coincidiendo con que ha empezado a usar una férula de descarga que le ha mandado el dentista. Con un Gelocatil se le pasa, seguro que no es nada, deben ser jaquecas por la preocupación de empezar un nuevo trabajo, ya que va a empezar a trabajar en una nueva empresa, después
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- 2 - Durante todo el fin de semana en el que el hospital está medio vacío, intentas procesar lo que te está pasando y no puedes, a lo único a lo que te aferras desesperadamente es que sólo era un dolor de cabeza, sólo jaquecas, la férula... cómo va  a ser un tumor, cómo va a ser Cáncer, eso les pasa a otros, a tí no... El domingo vas a comprar una serie de cosas que ella necesita al centro comercial que hay al lado del hospital, te pasas llorando todo el rato, el llanto, esa reacción que casi no recordabas y que sabes internamente que te acompañará por mucho tiempo. Te comes una hamburguesa mientras lloras en silencio, viendo al resto del mundo feliz en sus vidas, como tú tres días antes, en otra vida, en otro universo. Cuando llega el lunes te toca avisar a tu jefe de donde estás. Cuando empiezas a hablar todavía sigues sin creértelo, pero sigues ahí, en el nuevo mundo al que te han desterrado, aunque aún tienes esperanza. La seguirás teniendo hasta el final, sobre todo mientras los
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 - 3 - Las horas van pasando y viene tu familia a hacerte compañía, aunque te han dicho que avisarán al teléfono de la habitación, dejas en recepción el número de tu movil y sales a la calle con ellos, ya que dentro del hospital los grupos están restringidos. Con ellos las cosas son más fáciles, intentan que te distraigas, pero sabes que es imposible. Tu cerebro, tu corazón, tu alma están dentro de ese quirófano donde se está librando la batalla de tu vida, ya que aunque en el fondo crees que es muy difícil que muera en la operación, porque en una operación así todo suele estar bastante controlado, estás muerto de miedo por lo que te dirá el cirujano al finalizar y venga a informaros.  No dejan de golpearte en el cerebro los recuerdos de una tarde de hace muchos años, una tarde en la que a la familia del compañero de habitación de tu padre, al que habían operado de la vesícula, el médico les dió la noticia que no te quieres ni imaginar. Habían abierto y cerrado, estaba extendido el cán
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 - 4 -  Pasan los días y todo parece volver a la normalidad, tiene que tomar una medicación para evitar ataques epilépticos, como no estáis acostumbrados a tomar ninguna pastilla porque nunca habéis estado enfermos, no sabes que hay que pedir cita con la doctora de cabecera de la seguridad social para que te la recete y en la farmacia no te dicen nada, así que pagas un pastizal por ellas, pero te da igual. Lo importante es que todo parece ir bien, todo ha quedado en un susto. En la primera consulta a la que vais después del alta, el cirujano os dice que han llegado los resultados del análisis patológico del tejido y todo está bien, tal y como parecía por la posición del tumor, es un meningioma. Ella le pregunta cuando puede volver a hacer vida normal y le dice que en quince días (nunca se te olvidarán esas palabras), aunque para quedarnos totalmente seguros va a solicitar un segundo análisis a otro laboratorio de otro hospital con el que trabaja su equipo. Volvéis a sentiros los Reyes
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 - 5 - El día de antes de la operación os habéis podido juntar en la habitación por una vez tu mujer, tu hja y tú, ya que siguen las restricciones de un visitante sólo en la habitación. Os llaman la atención al salir, pero te da igual, tienes problemas más importantes en la cabeza. Quieres guardar esos momentos para siempre pero sientes cómo se te escapan entre los dedos. Llega el día de la operación, en esta ocasión es por la tarde, a última hora, además entra con retraso. Todo el protocolo previo se repite, en la fase de negación en la que estás y con nuevos litros de adrenalina bombeando sin control, aparentemente te sientes poderoso y confiado en que todo vuelva a salir bien. Pones estados en wasap de motivación, como si fueses un guerrero o un soldado que vuelve a la batalla, con miedo pero con esperanza, como siempre. En realidad te sientes acojonado, sólo, sintiendo como las cicatrices que no han cerrado de la operación anterior se unen a las cicatrices que tenías medio olvidada
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 - 6 - El primer día de radio es también el primer día en que se tiene que tomar las pastillas de la quimio, la Temozolamida, un nombre que amas y odias por igual, lo odias por la situación en la que os encontráis, pero lo amas porque representa la esperanza de superar el cáncer, de destrozar las estadísticas y que todo quede atrás. Debido a los efectos secundarios, tiene que tomar un montón de medicación previa, protector de estómago, medicación antináuseas, etc. Desde por la mañana empezáis a seguir las instrucciones que os han dado pero ella no se encuentra bien aunque entiendes que es normal y deben ser los efectos de la medicación. Por la tarde antes de la sesión y cuando llegáis al hospital tenéis que reuniros con la enfermera para que os den una serie de indicaciones y estando allí tanto la enfermera como el radiólogo ven que las cosas no están bien, le empiezan a meter medicación por vena pero sigue mareada y se encuentra mal.  Deciden que van a hacerle un escáner de urgencia,
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 - 7 - Ese día se te va a quedar grabado a fuego mientras vivas. Tras volver a la habitación, con la cara blanca y un rejón de muerte clavado en lo más hondo de tu corazón, ella te pregunta que qué te ha dicho la doctora, le preguntas si de verdad quiere saberlo y te dice que sin dar demasiados detalles se lo cuentes. Con el alma reventada en 1000 pedazos le dices que te ha dicho que el tratamiento va a servir para ralentizar al tumor lo máximo posible, pero que es muy agresivo y no contemplan que lo pueda superar. No hemos hablado de plazos pero será cuestión de meses. Ella, volviendo a darte una lección que te servirá para el resto de tu vida, te dice que la fecha no está escrita, que va a luchar cada día sin mirar más allá, y tú lo vas a hacer con ella. Como es una luchadora y siempre lo será, ya que allá donde esté su energía, sigue luchando como hacía cuando estaba entre nosotros, había cambiado toda su alimentación, sus hábitos, los productos de higiene, etc. Se había centrado en
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 - 8 - Desde que salísteis del hospital en junio, lo primero que hacías en cuanto notabas que estaba despierta,  era preguntarle si le dolía la cabeza y cómo se encontraba. Desde que comenzó el infierno en el que lleváis metidos desde el día que todo cambió, es lo primero en lo que piensas al despertar y lo último en lo que piensas al quedarte dormido. En el tiempo que transcurre entre esos dos momentos, no puedes pensar en nada más, todo lo demas ha perdido sentido. Todos los días te decía lo mismo. Me encuentro bien. No me duele la cabeza. Y tú sentías un cierto desahogo, pero a principios de septiembre todo empieza a cambiar. Se despierta con dolores y náuseas, empiezas a subir las dosis de corticoides que habéis ido reduciendo semanalmente siguiendo las indicaciones que os dió el radiólogo si se encontraba mejor. Poco a poco empiezan a irse sumando los problemas, pérdidas de equilibrio, cansancio, problemas al andar, dolores de cabeza que afortunadamente remiten con la medicación q
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 - 9 - Tu cabeza es un torbellino de emociones, sabías que este momento iba a llegar tarde o temprano, pero no pensabas que iba a ser tan pronto, cada vez que te acosaba ese pensamiento intentabas centrarte en el hoy, todo lo que no fuese el día de hoy lo considerabas ruido e intentabas descartarlo. Cuando lleguemos a ese río, cruzaremos ese puente. Tras colgar el teléfono te abrazas con tu hermana y tu padre y entras en un estado de irrealidad aún peor que en el que estabas desde que todo empezó. Avisas a su familia y os dirigís al hospital donde han preparado una habitación aislada en la que podéis estar el tiempo que sea necesario. Ella no tiene dolores y está adormilada, pero os reconoce y responde a las preguntas que le hacéis. Llamas al colegio para avisar de que el momento ha llegado y te diriges con tu hermana, una vez más a tu lado, a recoger a tu hija a la que acompaña el tutor y te da el primero de los innumerables pésames que recibirás. La sensación de pesadilla y de opresi
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 - 10 - La principal diferencia que percibes ahora que ella ya se ha marchado, es la sensación de soledad que se ha incrementado a niveles insoportables y la constancia en el dolor y la tristeza que sientes cada segundo del día, cómo si un puño de hierro te estuviese estrangulando el corazón. Antes vivías en un permanente estado de alerta y en una incertidumbre constante ya que no sabías cuando se iban a desencadenar los hechos e iba a llegar el final, además de estar siempre pendiente de evitar que ella sufriese dolores muy fuertes. La adrenalina te impedía bajar la guardia, pero ahora llega el gran bajón, no sólo a nivel psicológico si no también físico. La principal preocupación, que llegaba a obsesionarte, era que ella no sufriese, al menos a nivel de dolor físico y afortunadamente no hizo falta utilizar una medicación más fuerte que os recetaron y tenías preparada en caso de ver el más mínimo síntoma. Emocionalmente intentábais estar animados y le gastabas bromas que nunca le han